1. Inspecciona tus techos y todas las juntas antes del invierno: Esto te ayudará a detectar cualquier problema y a solucionarlo antes de que el techo sufra cualquier tipo de daños. Además, también te ayudará a reducir el peso adicional que podría llegar a provocar el agua de lluvia, granizo o nieve; no se debe pasar por alto este peso que se puede llegar a acumular en un techo, ¿sabías que la nieve pesa alrededor de 80 a 90 Kg. por metro cúbico cuando es reciente, pero que su peso aumenta desde los 200 a 800 Kg. cuando es nieve en licuación?
2. Considera agregar un tablero como cubierta: Una cubierta rígida puede proteger tu sistema aislante y de impermeabilización del granizo que podría arruinar un techo en segundos al provocar que los aislantes se hinchen, los impermeabilizantes sufran cuarteaduras y que se provoquen filtraciones que pueden llegar a afectar seriamente las estructuras.
3. Al momento de inspeccionar los techos, asegúrate de revisar que los sistemas aislantes se encuentren en buen estado: El mantenimiento de tus techos y su resistencia al flujo de calor garantizan que una construcción sea energéticamente eficiente, lo que te ayudará a mantener bajos costos de energía.
4. Limpia todos los desagües y canaletas: Un desagüe tapado puede provocar inundaciones y fugas o filtraciones.
5. Verifica las juntas: Ya sea que tengan masilla, silicón o algún otro material, no estén rajadas o cuarteadas, y si lo estuvieran, asegúrate de repararlas antes de que comiencen los climas extremos, ya que el invierno puede empeorar estas cuarteaduras provocando fugas de calor y filtraciones de agua.